domingo, 7 de enero de 2018

CANCIÓN DECIDIDA.



 

Todos los días
apenas salga el sol
saldré a la calle
a gritarle al mundo
que soy feliz
que la vida es bella
y que en su homenaje
me pondré a bailar.

Aunque creo más prudente
dejar pasar unas horas:
saldré a las diez de la mañana
cuando todo el mundo está despierto
y va de un lado a otro
por aquella calle
a la cual saldré
y gritaré al mundo
que soy feliz
que la vida es bella
y que en su homenaje
me pondré a bailar.

Quizás convenga más
salir después del almuerzo
cuando la gente tiene
sus barrigas llenas
y está más predispuesta
a oírme gritar
que soy feliz
que la vida es bella
y que en su homenaje
me pondré a bailar.

En realidad esperaré hasta la tarde
cuando el sol está más bajo
y no afecta la digestión
de las multitudes
que pasean por la calle
en la cual estaré yo
diciendo con todo mi pecho
que soy feliz
que la vida es bella
y que en su homenaje
me pondré a bailar.

Ni de día ni de tarde:
no hay nada mejor que la noche
para salir a la calle
y susurrarle
a cada peatón
mientras regresa de su trabajo
y piensa en una rica cena
que soy feliz
que la vida es bella
y que en su homenaje
me pondré a bailar.

Pero yo optaré por la madrugada
cuando no hay un alma en la calle,
todo el mundo duerme:
yo también duermo,
así que
mejor me quedo en la cama
y sueño
que soy feliz
que la vida es bella
y que en su homenaje
me pondré a bailar.

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