sábado, 26 de agosto de 2017

LÁGRIMAS DE ÁZUCAR.







Siempre se enamora de insaciables ojos hambrientos.

Ojos nómadas que, en busca del horizonte perfecto,

pierden de vista lo que desde cerca

les acaricia el pelo.



Como una adicción a su ansiedad por soñar más lejos.

como si pegada a sus botas, pudiera escaparse, con él

a un mundo ideal, con él. A una vida feliz, con él.



Y siempre acaba descubriendo, que él,

es la misma piedra que tortura dulcemente su camino.

Y siempre acaba llorando lágrimas de azúcar.

que caen en su boca como un premio por haber sobrevivido.



Loca, ingenua y atrevida,

su corazón magullado sonríe feliz por haberlo sentido.



Escribe en su diario otro punto final en su vida,

y quitándose el miedo, promete al destino,

que volverá a tropezar con la próxima piedra que ponga en su camino.

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