viernes, 14 de febrero de 2014

EL AMOR NO ES UN VERSO LIBRE. Susana Fortes.




Hay ocasiones en las que una portada bonita hace que el lector se decida a comprar un libro. Además, si la sinopsis acompaña, como es el caso de la novela que os presento hoy, nos encontramos ante un éxito asegurado.
Cuando Susana Fortes leyó las cartas que escribió Pedo Salinas a su amada profesora americana le llamó la atención que el gran poeta, “un hombre hecho y derecho”, pudiera llegar a ser tan pueril. En realidad, constató de nuevo “esa fragilidad emocional que todos tenemos al enamorarnos como si fuéramos adolescentes”. Pero lo que más despertó la curiosidad de esta escritora fue la joven norteamericana por la que el gran poeta del amor de la Edad de Plata de las letras españolas, la generación del 27, bebía los vientos. Se llamaba Katherine Whitmore e inspiró algunos de los versos más bellos de la literatura contemporánea española, reunidos en una trilogía amorosa que arranca con La voz a ti debida.
 

SINOPSIS: Un amor, surgido entre las brasas de una nación que se desliza hacia la guerra civil, es el origen de esta absorbente novela. Kate Moore y Álvaro Díaz-Ugarte, asunto lejano de las pasiones ciertas entre Katherine R. Whitmore y Pedro Salinas (a pesar de que éste último transite por la obra como un personaje secundario más), vivirán una experiencia extrema en el irresistible período de la II República española.
Nos encontramos en 1935, momento clave en la etapa de España. Ya ha sido sofocada la rebelión asturiana del 34, pero los ecos de la represión aún caldean en exceso una viciada vida política.
La historia de ese amor está narrada como un enorme flashback de Kate, la protagonista, cerrándose graciosamente el círculo con el final de la novela, de modo que explica su vivo periplo por España. La autora, además de una trama interesante, bien construida y precisa en su vertiente histórica, no nos ofrece solo un paseo por el pasado. Su discurso es rico y está lleno de referentes literario, pictórico y cinematográfico.
La formación y el conocimiento extenso que, como historiadora, posee Fortes harán las delicias de los amantes de la recreación del pasado. Además, fue realidad que, en medio de tan polarizado clima político, surgió una excelsa corriente de creación artística que se dio en denominar la edad de plata de la cultura española. Kate, hispanista en ciernes, llega fascinada a una Residencia de Estudiantes en plena efervescencia. Allí conocerá a un atractivo (a su manera) profesor de literatura, Díaz-Ugarte, y vivirá con él una aventura, emocional y existencial, coincidiendo con el complejo momento político. No hay que olvidar el tremendo impacto que supuso el escándalo del Estraperlo. Término que, a la postre, ha acabado siendo sinónimo de contrabando en nuestra siempre rica lengua.


Se nos regalan hallazgos estéticos, narrativos y temáticos. Donde la obra va girando, poco a poco, hasta convertirse en una novela de personajes. Lo cual profundiza, con una prosa sugerente y plagada de aciertos netamente literarios, en las causas psicológicas de cada cual. Descubrimos y entendemos quién es quién en esta pareja atípica. Buceamos, con una sensibilidad estética, en el romance y la pasión. Si les atrae la aventura más esencial y la trama con corazón. Esta novela de amor y solidaridad en aquel tiempo inhóspito que fue nuestra España de los años 30.

Sin embargo, al menos en mi opinión, aún siendo una lectura amena, con una prosa contundente y un estilo bien marcado, no llega a todo lo que podría ser una perfecta gran historia porque le falta desarrollo en su argumento. Es una pena, y me da mucha rabia, porque es un libro que tiene protagonistas y argumento como para ser una gran novela pero, bajo mi punto de vista, solo se ha quedado en la intención. Con unas cuantas páginas más, hubiese sido extraordinaria.

Así y todo, no voy a desmerecer, que al cerrar el libro, me quedé con la sensación de haber estado allí que mi fin de semana de lectura pausada, reposada y confortable en mi butaca favorita, resultase todo un viaje a través del tiempo. Un emocionante viaje que merece la pena hacer y, sobre todo, disfrutar.
Creo que merece una mención especial el estilo narrativo que Susana Fortes despliega a lo largo de las páginas de “El amor no es un verso libre”. Resulta realmente meritorio que dándole siempre prioridad al ritmo y al avance de la acción sobre aspectos más bien descriptivos, consiguiera que, a medida que avanzaba en la lectura, percibiera los sonidos, los olores o los sentimientos experimentados a lo largo de la novela por los personajes.



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